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Corral, Ferrari y Baldi, los referentes de la CD de Unión que decidió la desafiliación de la AFA. |
La vida no es más que una permanente seguidilla de toma de decisiones. A cada instante debemos elegir, entre una y otra marca, entre uno u otro camino, entre llevar a cabo algo ahora o más tarde, o quizás nunca. Algunas veces decidimos bien, otras no, y en muchas oportunidades, tenemos que realizar un balance entre lo que se gana y lo que se pierde para decidir qué elegir. Si es una elección personal y que nos atañe únicamente a nuestra vida, el resultado será positivo o negativo de acuerdo a lo que pretendíamos de antemano. Pero todo se complica cuando la decisión debe tomarse entre varias personas y, más aún, cuando con esa decisión se pone en juego los sentimientos de miles y miles de seres humanos. Así pasó en Unión cuando la década del ´70 recién amanecía. Los “creo que”, los “pienso que”, y los “me parece que” comenzaron a escucharse en el seno de la Comisión Directiva Tatengue, hasta que la decisión se tomó, y no había marcha atrás.
Alberto Sánchez (periodista de El Litoral).
El rumor comenzó a recorrer las calles santafesinas mucho antes de que se concretara el segundo descenso en la historia de Unión. En las últimas semanas de octubre de 1970, y pese a que el Tate se mantenía fuera de la zona roja, los diarios santafesinos hacían circular una información que sacudió el ambiente futbolero de la ciudad: la intención del Tate de desafiliarse de la Asociación del Fútbol Argentino y volver a disputar la Liga Santafesina, luego de 30 años de participar en los campeonatos afistas.
Cuando el descenso se consumó, luego de aquella sospechosa derrota de Colón frente a Quilmes (que incluso motivó un comunicado de prensa de la dirigencia sabalera para acallar las versiones que hablaban de un acuerdo con los Cerveceros para perjudicar al eterno rival), el presidente rojiblanco, Julio Baldi, aseguró que la idea de la directiva era permanecer dentro de la AFA. “Creo que tenemos que participar del torneo de Primera B sin afectar el presupuesto. Unión es una entidad que late al ritmo del fútbol y creo que debemos permanecer en la AFA”, opinó en una entrevista con El Litoral.
Sin embargo, la idea de la desafiliación fue tomando fuerza con el correr de los días. Los motivos para pensar en esa posibilidad eran varios. En lo futbolístico, había mucha disconformidad con la manera en que la AFA armaba los torneos, privilegiando los intereses de los clubes de Buenos Aires. “Cuando arranca el torneo, en un cajón de la AFA ya se sabe quién será el campeón y quiénes se irán al descenso”, se quejaba un directivo por esos años, según el Nuevo Diario.
Si seguía afiliado a la entidad de calle Viamonte, para volver a Primera División Unión tenía una sola alternativa: ganar el torneo de ascenso, para lo cual debía armar un equipo competitivo, algo que las arcas del club, que atravesaba por una grave crisis económica, no permitían. En cambio, la desafiliación le daba otra salida deportiva: volver a los torneos afistas a través del Nacional. Claro que, para eso, había que ganar la Liga Santafesina, el Provincial y el Regional.
Objetivo Nacional
La iniciativa de la desafiliación fue de Felipe Cherep, Secretario General de la entidad, y en un primer momento fue rechazada por la comisión directiva. Esto motivó algunas discusiones dentro de la dirigencia, que derivaron en el pedido de licencia de Cherep. Llamativamente, tras su alejamiento, la idea fue ganando adeptos dentro de la CD.
“¿Qué hará Unión? ¿Se queda en los torneos de la AFA o se retira de ella?”, se preguntaba el Nuevo Diario. “Para muchos llegó el momento de retornar a la liga de origen y no participar en ningún torneo superior de los organizados por la AFA, a no ser que ese derecho se gane en el certamen local”, ratificaba El Litoral.
El 19 de enero, la comisión directiva decidió por abrumadora mayoría la desafiliación y el regreso a la Liga Santafesina: 19 votos a favor, dos en contra y una abstención, la de Baldi. “Desafiliación de la AFA por uno, dos o tres años (eso está por verse) y en la última instancia la desvinculación de la calle Viamonte en caso de que no se acepte nuestra solicitud”, informó el Nuevo Diario.
Esa decisión debía ser puesta a consideración de la Asamblea de Socios, el 31 de enero de 1971. “De jugar en la B, Unión tiene una única salida: ganar el campeonato. Eso produciría erogaciones millonarias”, afirmó el primer vocal, Súper Manuel Corral.
Pero el rechazo a esa postura no se hizo esperar. Marcelo Casabianca, el presidente del ascenso de 1966, y uno de los más importantes de la historia rojiblanca, contestó: “Pienso que tenemos que quedarnos en la AFA y luchar dentro del seno de ella. Al retirarse de la AFA, Unión pierde todo derecho frente a alguna nueva reestructuración, ya que los hombres que dirigen nuestro fútbol no tienen una posición estable. El ejemplo es Colón, que durante cuatro años militó en la Primera C y una nueva reestructuración lo puso de nuevo en Primera B”, sostuvo.
El intento de Unión tampoco tuvo buena repercusión dentro de la Liga. Francisco Eloy Vulpetti, presidente de Gimnasia y Esgrima de Ciudadela, calificó la actitud de “avivada” y aseguró que era una manera de “aprovecharse de los logros que la Liga Santafesina ha obtenido”.
El 31 de enero, a las 22.30, Baldi abrió la asamblea ante 700 socios. El tesorero, Jorge Piedrabuena, leyó los argumentos de Unión para desafiliarse. Tras eso, un socio de Unión, Alfredo Nogueras, pidió la palabra: “No soy derrotista, pero considero esto un error de la dirigencia por no haber formado un equipo lo suficientemente fuerte para evitar el descenso”. El último orador fue Corral.
En medio de aplausos, los unionistas apoyaron la decisión de la comisión directiva y se concretó la desafiliación. “La Asamblea ha dejado claro su postura. Quizás esto nos sirva para recuperarnos económicamente”, expresó Baldi.
Desde una columna en el Nuevo Diario, El Bachiller (seudónimo del periodista Juan Fernández) advirtió: “«Mirá melena, al caporale de Unión que tuvo la idea habría que levantarle un monumento ¿Sabés cómo es el asunto? Jugamos la Liga en vez de jugar la AFA. Pasamos la boleta, como es lógico. Después le hacemos la boleta a los chaqueños y formoseños y listo el pollo: Unión en el Nacional del 71». Yo lo miré al Tate y me convencí de que no hablaba en solfa. Que el fulano lleva cincelada en el meollo la convicción de que Unión puede llevar a la práctica el susodicho proyecto. ¿Entonces? ¿Unión ya está en el Nacional? Vean, queridos nenones: hacen bien en soñar, porque hablando en plata es por lo único que en este país no te cobran ni medio. Pero no echen al olvido que en la dimensión desconocida del fútbol todo puede pasar. Tranquilo caro Tate. Seguí soñando. Pero con los ojos bien abiertos, porque del catre ya se han caído muchos”.
Tal como se preveía, Unión arrasó en la Liga Santafesina de Fútbol y superó claramente las instancias del Provincial, frente a Santa Paula de Gálvez, Argentino de Quilmes, Colón de San Justo y Argentino de Firmat. De esa manera, logró clasificar al Regional, que otorgaba un lugar en el Nacional. En ese triangular, los rivales serían Don Orione, campeón de Chaco, y 1º de Mayo, campeón de Formosa. El Tate arrancó con una sorpresiva derrota ante Don Orione, en Chaco, y un empate en tierra formoseña. No pudo superar al conjunto chaqueño en Santa Fe y el 11 a 1 sobre 1º de Mayo en López y Planes no sirvió de nada. Don Orione clasificó al Nacional, donde cumplió una actuación muy pobre, con cuatro victorias y diez derrotas. Pese al fracaso deportivo, los dirigentes se mostraron satisfechos por el “superávit de diez millones de pesos”.
En 1972, ocurrió algo similar: los rojiblancos se impusieron otra vez en la Liga Santafesina y en el Provincial. Esta vez, el Regional se disputaría en distintas fases con partidos de ida y vuelta. Unión superó a Atlético Paraná, pero en la segunda instancia fue eliminado por Juventud de Concordia en una definición insólita: tras ganar 2 a 1 en la ida, el partido de vuelta estaba 0 a 0 hasta los 44 minutos del segundo tiempo. En los segundos finales, Cornú marcó dos tantos para Juventud y mandó al conjunto santafesino a la Ronda de Perdedores.
Allí volvió a toparse con Atlético Paraná, y lo dejó en el camino otra vez. Unas semanas después, el verdugo fue Bartolomé Mitre de Posadas, que se impuso 1 a 0 en Misiones y consiguió un empate en López y Planes. La indescifrable organización del torneo hacía que Unión, a pesar de ser eliminado dos veces, todavía tuviera posibilidades de jugar el Nacional de 1972. En esa fase tuvo revancha ante Juventud de Concordia, dejándolo afuera del certamen. Luego superó a Juan Manuel Estrada de Formosa y, en la semifinal, a Central Norte, el equipo más popular de Salta.
La final era a todo o nada ante Gimnasia y Esgrima de Mendoza. En dos partidos se definiría quién iría al Nacional. Unión ganó 4 a 2 como local, pero cayó 3 a 0 como visitante. La decepción fue enorme y los socios, que habían apoyado en un primer momento la desafiliación, comenzaron a cuestionar la decisión.
La Comisión Directiva había subestimado el nivel de aquellos Regionales. Si se pudiera trazar una comparación, sería como si hoy el Tate afrontara el Torneo Argentino “A” con un equipo de juveniles. En esos dos años, el club desapareció del mapa futbolístico. La apuesta tampoco salió bien desde lo económico, por lo que la dirigencia empezó a buscar la manera de volver a la AFA, algo que lograría unos meses después, gracias a la intervención de Alcides López Aufranc, represor en el Cordobazo y sucesor de Alfredo Martínez de Hoz en la empresa Acindar.
(Publicado en el semanario Soy Deportes)
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