Nicolás cuenta una historia que se seguirá repitiendo bajo distintas circunstancias y aún fuera del deporte, en un país unitario culturalmente y con discursos falaces respecto de lo federal. Recibirán ustedes la cronología de hechos que llevaron a Unión de Santa Fe a afiliarse a la AFA. Sus deseos, sus sueños, sus ambiciones. La predisposición de toda una ciudad y provincia para que el Rojiblanco fuera un equipo más de los que aparecían en las marquesinas del fútbol grande. La negativa porteña a pesar de promesas previas. La concreción posterior aunque en un campeonato menor. Hoy para participar de los torneos de inferiores, los equipos del mal llamado interior deben pagarle a sus rivales de turno los gastos de viaje, cosa que no ocurre a la inversa. Hoy. En el 2011. La historia unitaria del fútbol sigue rodando. Nosotros rogamos una limosna y nos la dan cuando se les ocurre.
Osvaldo Alfredo Wehbe (abogado, periodista, relator de Continental y Cadena 3, colaborador de La Voz del Interior y la revista Un Caño).
A fines de 1939 la dirigencia de Unión tomó una decisión que cambiaría el rumbo de la institución: buscar la afiliación a la Asociación del Fútbol Argentino, siguiendo el camino que habían recorrido, un año atrás, Rosario Central y Newell’s, que habían sido incluidos en la máxima categoría. El 11 de noviembre de ese año, bajo la presidencia de Héctor Sarubbi, el club organizó una cena en honor al gobernador de la provincia, Manuel María de Iriondo, y del presidente de la AFA, Adrián Escobar. Según el diario El Orden, se trató de “una fiesta sin precedentes en la ciudad por el número de comensales, entre los que figuraban representantes caracterizados de la banca, del comercio y de la industria, legisladores nacionales y provinciales, ministros del Poder Ejecutivo, dirigentes deportivos y periodistas”.
En su discurso, Sarubbi se dirigió a Escobar y le dijo: “Los unionistas -y creo no exagerar si además invoco a toda la opinión deportiva local- pensamos que nuestro club posee títulos suficientes y méritos indiscutibles para poder alternar en el campeonato anual de la Asociación”. Luego, tomó la palabra el gobernador, quien se expresó en el mismo sentido: “La afiliación no es sólo una aspiración de Unión, sino también un sentimiento vivísimo de la ciudad, que yo comparto”.
La intención era obvia: dejarle en claro a Escobar que detrás del deseo del club se encolumnaban también los máximos referentes políticos y económicos de Santa Fe. Y esa demostración de poder, en un primer momento, hizo pensar que las gestiones serían sencillas, ya que el presidente de la AFA, sorprendido ante esa convocatoria, calificó de “legítimas” las aspiraciones rojiblancas y se comprometió a brindar todo su apoyo.
La iniciativa recibió, de inmediato, el respaldo de los dirigentes más importantes. Desde River llegó el apoyo de Antonio Vespucio Liberti: “Unión tiene acreditados en el fútbol argentino méritos tan grandes que su nombre se repite a la par de las más importantes instituciones de nuestro medio”. Desde la vereda de enfrente, el titular de Boca, Eduardo Sánchez Terrero, sostuvo que “la importancia que ha adquirido el club en el orden deportivo merece destacarse”.
Por su parte, el presidente de San Lorenzo, Enrique Pinto, afirmó: “La inclusión de los equipos rosarinos y el éxito de tal iniciativa ha abierto la posibilidad de que otras entidades de reconocida tradición y poderío puedan hacerlo en un futuro cercano. Indiscutiblemente Unión tiene méritos más que suficientes para pretender lograr esa situación”. En el mismo sentido se manifestaron, a través de sus dirigentes, Independiente y Racing.
El 7 de febrero de 1940, Unión elevó un petitorio público bastante particular a la AFA: “El club elevará una nueva solicitud que firmaron, primero, los comerciantes de esta plaza, y se colocará luego en Casa Cassini para que lo firmen los aficionados que deseen hacerlo. Se descuenta que tanto el comercio como la afición le han de prestar su más decidido apoyo, por lo cual el petitorio tendrá todas las características de un movimiento de opinión”, explicó el diario El Orden.
Más allá de las gestiones, la aceptación de la AFA no llegaba, por lo que el 10 de febrero Sarubbi redobló la apuesta: “Deseando dar una muestra de la solidez de nuestra plaza, Unión se ha dirigido ayer nuevamente a la AFA ofreciendo una garantía superior a la establecida para los clubes de Rosario, que garantizan a las entidades porteñas la suma de $1.200 para los gastos de traslado”, precisó el diario.
El 16 de febrero llegó la primera respuesta y fue negativa, ya que la AFA le denegó la afiliación a la entidad de la Avenida y extendió esta medida para Gimnasia y Esgrima de Ciudadela y Central Córdoba de Rosario. Increíblemente, River, Boca, Independiente, Racing y San Lorenzo, que habían expresado su apoyo a Unión, votaron en contra. La única chance era que la Asamblea Ordinaria de la AFA volviera a tratar el tema el 29 de febrero. Pero la decisión de la entidad madre del fútbol nacional, que ni siquiera debatió el pedido de afiliación, desvaneció las últimas esperanzas.
A esa altura, sólo había dos opciones: esperar un año para volver a pedir la afiliación o tramitar el ingreso al campeonato de ascenso. El 16 de abril se realizó una asamblea y se optó por la segunda alternativa. El resultado fue inmediato: al día siguiente la AFA realizó el fixture del torneo e incluyó a Unión.
La afiliación quedó confirmada el 24 de abril (apenas cuatro días antes del debut) en el boletín 544 de la AFA. En esa reunión no estuvo presente el titular de la entidad, Adrián Escobar, que había manifestado públicamente su apoyo a los Rojiblancos, pero que no obró en consecuencia. El boletín constaba de seis puntos, entre ellos, uno que llama la atención: la AFA obligaba a Unión a abonar la suma de $200 a los equipos de Buenos Aires para los gastos de traslado, cuando el club había ofrecido apenas dos meses antes $1.200, lo que deja en claro que la decisión de la AFA no tenía que ver con motivos económicos ni deportivos, sino más bien con una clara actitud de darle prioridad a las entidades porteñas.
El debut fue el 28 de ese mes, en el 15 de Abril, frente a Estudiantes de Buenos Aires, con una victoria 4 a 2. Según los medios de la época, por “la indiscutible calidad del fútbol santafesino” el ascenso sería “cuestión de poco tiempo”. Pero nada sería tan fácil para los Rojiblancos. Ocho años después, Colón pasaría por los mismos problemas para conseguir su afiliación.
(Publicado en Diario Uno)
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